Estoy volviendo. Poco a poco.
Me fui a Asia con ganas de que la vida me despeinara y ciertamente me ha dado un buen meneo: mi mes en Vietnam venía con beca para un Máster en Frustración Avanzada, y yo no lo sabía.
La prueba de acceso se me presentó en el aeropuerto de forma totalmente imprevista.
Dia 1 de vacaciones: Llegar al aeropuerto a coger el vuelo a Vietnam y …
Examen sorpresa: ¿Cómo resuelves una situación migratoria en la que necesitas visado para permanecer 3 semanas en el país o mostrar un vuelo de salida antes de 15 días para que la aerolinea te deje embarcar, porque no tienes visado?
Respuesta temporalmente correcta: comprándote un vuelo de salida del país en la fila de embarque, mientras sujetas el movil muy muy fuerte para que no se te caiga por el tembleque de piernas y pulso del ataque de ansiedad que llevas encima.
Mi resultado: Comprar un vuelo a Bali - el destino internacional desde Vietnam más barato y sin visado que fui capaz de encontrar en ese momento. Spoiler: finalmente cancelé el vuelo a Bali y me fui 3 días a Kuala Lumpur.
Y con ese pistoletazo de salida comenzó un viaje en el que he visto una buena parte de mis miserias internas y en el que he podido sangrar gota a gota una nada despreciable dosis de frustración y dolor contenido.
No te voy a hacer el cuento largo, han sido más de 23 días fuera de casa en los que he cogido 11 vuelos (muchos con retraso), no he dormido más de dos días seguidos en la misma cama, he sacado 2 visados (uno a Camboya -país que no he visitado- y otro a la India, solamente para poder estar 13 horas en el aeropuerto esperando a que me dieran la tarjeta de embarque), y he pasado una diarrea de campeonato que terminó desencadenando en mi gran maestra del viaje: una hemorroide con la que apenas podía andar, ni tampoco sentarme, en un país que se empeñaba continuamente en mandarme taxistas en moto que no hablaban mi idioma.
Y yo, que me considero socia de la vida, no paraba de preguntarme…
¿Qué quieres que aprenda de todo esto? ¿Cuál es el para qué?¿Qué es lo que me quieres deciiiiiiiiiiiiiiiiiiir?!!!!!!!!!!
No entender qué estaba sucediendo me generaba frustración, dolor y angustia.
A la vez, y a medida que las situaciones se iban complicando, y mi estado interno empeoraba también, era más y más consciente de que…
As above so bellow - como es arriba es abajo
As within so without - como es adentro es afuera
Me sentía como en una ratonera. Pero lo tenía claro: si no me sentía mejor internamente, no iba a cambiar lo que sucedía fuera.
Así que me hice cargo de mi dolor, físico y emocional, e intenté relajarme, renunciar a la “idea de viaje” o mejor dicho “al viaje ideal” que de alguna forma todos proyectamos - aunque queramos fluir- comprarme una libreta y escribir.
¿Escribir qué? Pues una lista de todos los momentos del viaje que habían valido la pena: los encuentros fortuitos, los cafés deliciosos, los mil y un tipos de autobuses que cogí, los masajes, los juegos y excursiones con mi hermano, la comida callejera, los templos y las cuevas, las dos veces que me caí y que hicieron que me riera a carcajadas (ya en la última caida) mientras susurraba para mis adentros… “En serio, esto también?!!!”, el baño en la bahia del que salimos pitando del agua porque empezaron a venir medusas, la pausa en el camino en el que no se podía avanzar por los patos, los tropecientos eventos y contratiempos que me hicieron sentirme como en un sketch de Mister Bean.
El viaje lo terminé en la camilla de la clínica de medicina china que me recomendó mi hermano, con agujas en todos los puntos para la liberación de estrés - y que en buena parte coinciden con los chakras.
¿Y el que más me dolía? : El corazón.
It hurts in here. (me duele mucho aquí - señalando la aguja del corazón)
You have a lot inside. (tienes mucho ahí dentro)
Recojo y cierro este viaje como una semilla. Del intento de algo nuevo. Mi maestra veraniega me ha intentado transmitir por activa y por pasiva, que no puedo seguir sentada en el lugar conocido. Y recojo el guante.
Un par de días después de aterrizar me llegó un email de Mariana, en el que precisamente hablaba de semillas y decía:
Las semillas son promesas de muchas cosas. De comida. De sombra. De casa. De visitas de otros animales. De belleza. ….
Pero las semillas no solo son promesas. También son recordatorios. Me dicen: todo lo que nace, todo lo que llega a ser grande, necesita existir en relación íntima con otras cosas.
Y automáticamente me viene a la mente el tatuaje de Ari (una de las personas más auténticas y con más auto-amor que conozco)
Si estás rota, brota
El domingo 11S cumplo 40, y viene cargado de mucho simbolismo (también inquietud, no te voy a mentir) y con la certeza de que necesito abrir más mi corazón y confiar más en la vida.
No tengo instrucciones para eso. En uno de los findes Gestalticos, Iñaki dijo…
A confiar se aprende confiando.
Que así sea.