Ayer no te mandé ningún correo. No llegué.
Llevo varios días sintiendo que la vida es como esa amiga con la que sales a dar un paseo y parece que hace marcha atlética, y casi no puedes concentrarte en hablar, porque necesitas meter zapatilla… (Esa amiga que va rápido soy normalmente yo).
Pues así he andado. Si analizo un poco lo que me ha sucedido teniendo en cuenta la tabla que te proponía en el email anterior, te diría que he invertido mucho tiempo, atención y energía en organizar la vida.
La semana pasada pasé de mi pixel a un iphone. Y ese cambio, que a priori parece insignificante me ha perturbado más de lo que esperaba.
Porque organizar la vida en el mundo conectado en el que vivimos, y dedicándome a lo que me dedico, significa poner en orden mi universo digital. Y a veces me gustaría que todos los dispositivos explotaran para no tener que navegar, escoger, eliminar y ordenar mis tesoros o deshacerme de mi basura digital.
Esta migración me ha hecho plantearme el para qué tengo determinado registro, y también cuestionar si quiero seguir invirtiendo tiempo en eso. He pensado mucho estos días en qué significaría simplificar ese mundo para que todo opere a favor de lo que realmente quiero conseguir. Qué es eso que tengo que organizar, todo el rato… a lo que no llego y que me estresa y me nubla.
Así que este maremoto de cosas que hacer totalmente triviales pero vestidas de “señoras importantes” que es insaciable y no tiene fin, me da pie a lanzarte la reflexión del día …
¿Sabes cuáles son tus proyectos vitales más importantes?
Se habla a menudo de una lista de sueños, pero lo cierto es que eso, sin un plan con fechas concretas es algo que simplemente no se hará realidad.
Napoleon Hill decía que …
Una meta es un sueño con un deadline.
Por eso te pregunto si sabes cuáles son tus proyectos, con un paso a paso de acciones inmediatas y algunas fechas orientativas.
Estos días los árboles no me están permitiendo ver el bosque. Por eso, he decidido tomarme los próximos días para reescribir y repensar lo que es importante para mí. A hacer esa lista de proyectos vitales por la que te pregunto en este email. Y a aterrizarla a un plan cocreto con fechas orientativas que sea mi estrella polar en el día a día.
A veces sentimos que necesitamos vacaciones, ir a un retiro o gastarnos mucho dinero para descubrir qué queremos en nuestra vida, pero la verdad es que si estás en silencio un rato, o te acercas a la naturaleza y te separas un poquito de la inercia que te arrastra verás que hay muchas cosas que ya tienes claras.
Hay una voz debajo de todo ese ruido. Pero el ruido es ensordecedor.
Este fin de semana no te voy a escribir. Creo que revisar o crear esta lista es suficientemente importante para ocupar todo el tiempo para tí que seas capaz de rescatar.
Con esa lista en mano, todo estará más claro a partir del lunes.
Buen fin de semana.