Hace mucho tiempo leí que lo que hacemos la primera hora tras despertarnos determina la calidad y define las cualidades del resto del día.
No es ninguna sorpresa que las “morning routines” estén de moda, y yo, que he hecho todo tipo de experimentos en este sentido, he pensado empezar esta serie pre-equinoccio justo por aquí.
Pero antes de entrar en lo que haces inmeditamente después de despertarte, te adelantaba ayer que la invitación de hoy sería a reflexionar acerca de qué sucede cuando te despiertas y abres los ojos por la mañana.
Así que sin entretenerme más te animo a que en tu Tiempo para mí de hoy te preguntes…
¿Cómo me despierto? Cuáles son tus niveles de sueño y energía cuando abres los ojos, si te despiertas con despertador o te despierta alguien, si te tomas unos minutos antes de levantarte o saltas de la cama, si tienes hambre…
¿Qué tipo de cosas pienso o siento cuando me despierto? Si te paras a pensar en lo que tienes que hacer ese día, en cómo te sientes, en algún sueño que hayas tenido…
¿Qué cambia en cómo me despierto entre el fin de semana y entre semana? Puedes reflexionar también, en qué cambia cuando estás de vacaciones.
Si no sabes cómo contestar así en frio a esto, puedes aprovechar mañana para poner la atención ahí y tener tus respuestas, aunque idealmente también sería interesante que lo compararas con lo que sientes un día entre semana.
Por ello, además de hacer esta reflexión hoy, extiendo la invitación a que estos 19 días previos al equinoccio, te tomes 2 minutos (al menos) al despertar, poses las manos sobre tu cuerpo (una mano al vientre y una al corazón es ideal) y te preguntes, de forma sincera…
¿Cómo estoy?. Y lo observes.
Gracias por recibir y acoger esta invitación. Si quieres, puedes compartir tus reflexiones conmigo, como si fuera tu accountability partner, respondiendo a este email. En la edición anterior algunas personas lo hicieron así.
Que despiertes en calma. Hasta mañana.