Y este capítulo de mi vida se titula: ser valiente.
El regalo del miedo. Silencio, se rueda.
Soy una mujer de palabra y el 11 del 11 te prometí que te invitaría a la inauguración de la casa que me estaba construyendo en mi parcela digital.
Pues bien, hoy abro las puertas con un sentimiento de mucha dignidad y te recibo con emoción en:
Este es, con mucha diferencia, el espacio digital más vinculado a mi vulnerabilidad que he creado en mis cuarentayuna vueltas al sol.
Cuando empecé a escribir aquí hace casi 2 años, venía con un “A la mierda, me rindo” bastante contundente, pero no era cierto. No me rendí ahí, porque el proceso de rendirse, igual que el de soltar, o el de duelar no se parece a un salto en paracaidas, y mucho menos al antes y el después de lluvia de estrellas.
Rendirse, soltar, duelar… son procesos en los que hay que atravesar un montón de capas de miedos. Y es en el miedo, en algo en lo que he pensado mucho este mes.
Quizá te estés preguntando… ¿Por qué, Alaitz, por quéeeeeeeeee?
Pues ahí te voy.
Llevo años queriendo grabar videos y tener un canal de youtube en el que compartir mis reflexiones en otro formato. Y llevo años también, aterrorizada y paralizada no atreviéndome a hacerlo. Hasta ahora.
Este mes, me he tomado muy en serio mi miedo. Me he sentado con él, he paseado con él, me he tomado cafés con él y casi me atrevería a decir, que hasta he hecho la cucharita con él. Y así en silencio, nos hemos dado cariño y nos hemos mirado a los ojos, hasta que no me ha quedado más remedio que SER VALIENTE.
Así que tras publicar anoche la nueva web, me he armado de coraje, me he puesto delante de la cámara, le he dado a grabar y he subido mi primer video a Youtube.
Una de las cosas que más miedo da cuando creas videos es que te vean, que te juzguen, que te critiquen… Y el consuelo de los novatos en esto es que al principio no nos ve nadie. Por esto también queria mandarte el video, como un ejercicio de vulnerabilidad EXTRA, porque exponerme contigo, que ya me conoces un poco, me da todavía más susto, y me hace sentir más intrépida.
Así que ahí va:
Dicen que las lunas nuevas son para sembrar.
Anoche, 12 de diciembre de 2023, hubo una luna nueva en Sagitario y con esta luna siembro mi intención de soñar alto y claro con un futuro en el que quizá pueda vivir de acompañar a otras personas para que hagan lo que sientan que necesitan/desean/sueñan/deben o anhelan, a pesar del miedo.
O abrazadas a él.
Hace unas semanas leí esta historia, y este es mi regalo para ti hoy.
- Papá, ¿Tú que haces con el miedo? ¿Cómo te enfrentas a él?
- ¿Yo? Yo no le encaro. Le dejo entrar en casa, le invito a sentarse en el salón; ahí le invito a conversar y luego le dejo un rato a solas.
- ¿Para qué?
- Para que sienta el placer de tener un hogar.
El miedo sólo es el amor a la intemperie.
El amor que no tuvo Padre, ni Madre, ni hermanos ni amigos.
El miedo nunca tuvo una charla al atardecer como tenemos tu y yo.
Al miedo nunca le dieron un beso de buenas noches.
Ni tampoco le festejaron un cumpleaños sorpresa.
Enfrentarse al miedo, gritarle...es abandonarle a una suerte peor.
La próxima vez que sientas miedo, abre la puerta y trátale como tratarías a un animalito herido.
(...)
O añado, haz la cucharita con él.
Yo cierro este año, haciendo el curso de 10 días de Vipassana en Ávila (un retiro de silencio, totalmente aislada, con más de 10 horas de meditación diaria) con el objetivo de purificar mi mente: ese terreno fértil donde crecen los sueños o se alimentan los monstruos internos.
Te contaré cómo me va a la vuelta y aprovecho este instante para desearte un fin de año en el que sientas si hay algo antiguo que ya no te sirve, que se queda atrás. Y un 2024 en el que conectes con tu propia valentía. Que la tienes.
Por el momento me despido y te leo, feliz como siempre, si te animas a escribirme.
PD: Te puedes suscribir al canal y recibir un aviso cada vez que suba un video haciendo click en la imagen y… en el botoncito de “Subscribe” o “Suscribir”